Para mí, el marketing digital nace en 1999.
Antes ya había banners, sitios web básicos, correos masivos y contadores de visitas. También existían bases de datos, pero no estaban tan conectadas a la operación diaria, y mucho menos a la comunicación en tiempo real.
En 1999, el caller ID que recibíamos al atender una llamada activaba una consulta automática a nuestra base de datos. Antes de saludar al cliente, ya sabíamos su nombre, su historial de pedidos, el producto que más consumía, sus formas de pago frecuentes, su dirección preferida para entrega y cualquier observación anterior guardada por el sistema.
Con esa información, personalizábamos la experiencia al momento. Además, generábamos cupones únicos por cliente, publicados en sitios web o enviados por correo, que nos permitían rastrear el comportamiento digital y agrupar a los clientes en listas etiquetadas (tags) dentro del sistema, según sus preferencias o frecuencia de compra.
Eso nos permitió implementar campañas de email marketing altamente personalizadas, donde cada cliente recibía solo lo que tenía sentido para su perfil.
Esa capacidad de intervenir con datos operativos en tiempo real es, para mí, el punto exacto donde comienza el marketing digital.